7. LA REVOLUCIÓN SEXUAL

Desde Platón hasta el siglo XX el Eros era considerado como “el deseo del otro”. El amor en pareja se sostenía por el deseo mutuo de vivir juntos. El Cristianismo completa este concepto con el Ágape: Amar y ser amado. Amor como entrega y deseo del bien para el otro.
Pero a partir del mayo del 68 esta concepción se rompe por la contracultura. El amor se convierte en placer, y el otro (ser amado) desaparece siendo sustituido por uno mismo (narcisismo, autoerotismo).
A partir de 1960, con la invención de la píldora anticonceptiva, y la influencia de Wilhelm Reich y Alfred Kinsey, se va a producir la denominada Revolución sexual en la que se pueden distinguir dos fases:

1ª Revolución sexual

En la primera revolución sexual se produce el cambio semántico, ético y ontológico del Eros. El amor se transformó en puro placer instintito. El altruismo del Eros fue sustituido por el egoísmo narcisista. Se busca la satisfacción del cuerpo a cualquier precio.
Desvinculación entre sexo y procreación mediante la píldora anticonceptiva. Divorcio entre libertad y responsabilidad. Las reivindicaciones sociales por un salario justo, un trabajo digno y por la seguridad en el trabajo, son reemplazadas por otro tipo de reivindicaciones sociales: amor libre, divorcio, contracepción y aborto. La política se convierte en sexo.
El Estado de Bienestar y la Sociedad de consumo creados por economistas como Keynes y Kingsley, y llevados a la práctica por el presidente norteamericano Roosevelt habían generado en la gente una sensación de hastío y vacío y una conciencia rebelde y transgresora por traspasar los límites y realizar la prohibido.


2ª Revolución sexual

El fin del eros conduce a la violencia unida al sexo. La liberación sexual de la mujer condujo a su desprotección. Al desaparecer el cuidado maternal y la procreación unida al sexo, la mujer se convierte en objeto sexual y en mercancía para la pornografía. La consecuencia es clara; si la mujer no es virgen o madre, se convierte en prostituta. Pura mercancía sexual. Es la muerte del sexo y el nacimiento del género (eres lo que tú quieras ser). Se pasa del utopismo (deseo de hacer un mundo mejor), al hedonismo (deseo de buscar el placer para sí mismo). El sexo se convierte en política. Esto traerá graves consecuencias:
- La relación sexual más íntima se convierte en espacio político, lo que posibilita al poder público intervenir en el ámbito de lo privado y personal. El poder no te va a decir con quien puedes o no puedes acostarte, pero si te va a decir que lo que puedes o no puedes hacer en la intimidad.
- El sexo se convierte en un instrumento de poder para transformar la sociedad:
o La ideología de género establece que la relación entre un varón y una mujer es una construcción social y por lo tanto no natural. Existen, por tanto, múltiples modalidades y combinaciones relacionales: varón-varón, mujer-mujer, varón-mujer, varón-mujer-varón, etc.
o Se pretende crear una sociedad en la que no existen diferencias sexuales, sino tan sólo géneros y orientaciones sexuales.
o La estrategia de acción pasa por destruir todo tipo de relación sexual permanente y perdurable como es la familia y el matrimonio. En este sentido se han seguido dos líneas de acción: Desde 1968 hasta 1995, la estrategia era destruir la familia tradicional para imponer la llamada “familia liberal”. A partir de 1995 la estrategia cambia y ahora se intenta denominar “familia” a cualquier tipo de sociedad de convivencia entre dos o más humanos.
La segunda revolución sexual transforma el sexo en política y el erotismo en narcisismo. En el fondo subyace una concepción antropológica del ser humano como un individuo aislado y egoísta sujeto a la satisfacción consumista de sus propios intereses y deseos. La ciencia y la sociedad de consumo se convierten en el genio de la lámpara dispuesto a conceder todos los deseos que se le antojen al hombre.
En este sentido la ideología de género es una traición al verdadero socialismo basado en la idea de solidaridad.
El cambio que propone el feminismo radical de género no es superficial, sino profundo y esencial. Afecta al comportamiento sexual de las personas, al control de la reproducción, al concepto y a la función de la maternidad, a la destrucción del matrimonio y, finalmente a la desaparición de la familia.
Este feminismo de género se presenta con cara amable en un momento en el que la mujer, el matrimonio y la familia se enfrentan a graves problemas: trabajo fuera del hogar, compatibilidad de las tareas domésticas, presión económica y creciente competitividad, violencia doméstica, crisis de la paternidad, desaparición de la infancia…
A veces se camuflan las verdaderas intenciones con políticas de artificio. El cheque bebé propuesto por el gobierno de Zapatero (2008) es un ejemplo de esto. En todo este cambio dirigido tienen mucho que ver la imposición de la Educación para la ciudadanía, las Ciencias para el Mundo Contemporáneo y la Educación sexual que va a implantar el actual gobierno socialista en las aulas y que será impartida por agentes externos a la docencia.

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